Todas las intervenciones dirigidas a la detección temprana y la promoción de la salud en estas edades suponen una gran oportunidad para prevenir el desarrollo de patología mental en el futuro. El cuidado de las madres durante los embarazos, las pautas de educación asertiva, una alimentación equilibrada y unas actividades saludables para el tiempo libre, por ejemplo, disminuyen el riesgo de que aparezca patología psíquica.
El tipo de educación es especialmente importante en niños vulnerables. No son recomendables los estilos excesivamente autoritarios (los padres marcan al detalle todas las actividades, corrigen los errores descalificando a los niños y dan demasiadas órdenes), ni los sobreprotectores (los padres consideran a sus hijos como seres débiles y les facilitan o protegen en exceso). Es mejor el estilo de educación asertivo, caracterizado por la presencia de rutinas establecidas, normas y límites, pero impartidas con cariño, prestando y reforzando el comportamiento positivo de los niños, facilitando la comunicación e identificando las conductas inadecuadas.
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